Después de reflexionar sobre vuestras quejas y sugerencias acerca del libro de lectura trimestral, he llegado a la conclusión de que Bécquer es más necesario que nunca. El poeta del amor apasionado debe ser releído para reflejar de una manera clara y contundente este sentimiento universal que sigue impregnando las hojas y cuadernos. Con Bécquer en el cajón no es lo mismo, comparad esta rima con el texto de la derecha, igual de desgarrador sobre todo en expresión y ortografía.


RIMA XI
—Yo soy ardiente, yo soy morena,
yo soy el símbolo de la pasión,
de ansia de goces mi alma está llena.
¿A mí me buscas?
—No es a ti, no.
—Mi frente es pálida, mis trenzas de oro:
puedo brindarte dichas sin fin,
yo de ternuras guardo un tesoro.
¿A mí me llamas?
—No, no es a ti.
—Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible:
no puedo amarte.
—¡Oh ven, ven tú!
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